El blanco pan hecho con harina de yuca, herencia culinaria de los taínos, se diversifica. Y de qué manera. Desde hace año y medio, una pequeña empresa familiar en Santiago le brinda al público la oportunidad de probarlo en nueve variedades de sabores: el tradicional, con ajo, ajonjolí, albahaca, aceite de oliva, jalapeño picante, maní, almendras con pasas y granola. Sabores y texturas difíciles de imaginar, sobre todo el de ají jalapeño. O el de almendras.